Ingenico, marca especializada en medios de pago que pertenece a Worldline, ha repasado las cuatro tendencias principales que se observan en los métodos de pago y que cobrarán fuerza en 2021. La compañía señala que este año la situación sanitaria causada por el virus de la covid-19 ha provocado un cambio en el comportamiento de los consumidores lo que ha acelerado la transformación de los medios de pago.
Una de las tendencias es el auge del pago a través del móvil y la reducción de los pagos en efectivo. El cierre de los comercios durante la pandemia incrementó las ventas online lo que impulsó el pago con tarjeta. Según el último estudio de Mastercard, el 67 % de las compras en España se han realizado con tarjeta en los últimos meses, superando al pago en efectivo por primera vez. Al mismo tiempo, la retirada de efectivo disminuyó en un 68 % en el mes de marzo y, tras el confinamiento, 3 de cada 4 españoles valora más la banca digital, según un estudio de la fintech N26. Además, se ha incrementado el pago con el móvil. Antes de la pandemia el 44 % de los consumidores pagaba con el móvil y durante la crisis se ha incrementado el porcentaje hasta el 58 %, según indica Capterra. Estos datos indican que la industria de pagos tiene que impulsar estos sistemas para adaptarse a la demanda del consumidor.
La “tokenización” es otra de las tendencias que seguirá ganando adeptos. A través de este sistema, los números de la tarjeta se reemplazan por ‘tokens’ al efectuar el pago, códigos no sensibles que garantizan la seguridad de los datos en todo el proceso de compra. Unida a esto se está produciendo un cambio en las tarjetas de crédito. Distintas entidades han lanzado una nueva modalidad de tarjeta física en la que no aparece ningún número o dato que pueda comprometer la seguridad del usuario. Estas tarjetas se pueden utilizar para realizar pagos de forma habitual y los datos se pueden consultar a través de la app.
Los comercios también están adoptando estrategias omnicanal lo que está fomentando los pagos desatendidos, que hacen que los clientes pueden hacer las funciones de cajero. Y se avanzará hacia los “pagos invisibles, que son los que no necesitan ningún tipo de interacción para efectuar la transacción. Un ejemplo es el proyecto de Amazon y sus tiendas físicas Amazon Go, en las que distintos dispositivos van siguiendo al cliente y los productos que mete en la cesta para, simplemente al salir por la puerta, cargarlos en su cuenta.
Los sistemas biométricos sin contacto también crecerán, ya que la mayoría de teléfonos móviles están acostumbrados ya a desbloquear su smartphone con la huella dactilar o el reconocimiento facial. En la industria de los pagos, la biometría se ha desarrollado como un método de pago y autenticación con alta seguridad, por lo que previsiblemente sustituirán al pago con el móvil o los wearables.
El objetivo es, además, que el comprador no tenga que tocar físicamente ningún dispositivo, y que la transacción se pueda validar mediante el reconocimiento facial, entre otras tecnologías.
David Valero, head of global sales & verticals Iberia en Worldline Global, destacó que “la innovación tecnológica hará que el proceso de pago en 2021 siga cambiando para pasar cada vez más a un segundo plano, haciéndose casi invisible, para hacer la experiencia de compra más ágil y fluida, añadiendo además nuevas opciones de seguridad, tanto sanitarias, como en la transacción en sí”.