El consumidor busca experiencias. Esta es una de las sentencias más claras y plausibles actualmente al tratar sobre tendencias en el retail. Ya no vale la transacción pura y dura, hay que ofrecer algo más, diferenciarse, sorprender, interactuar y… aprovechar para obtener algún dato relevante que permita la ultrapersonalización de la compra física.
Y es en este contexto en el que la imagen digital supone un recurso crucial, para la transformación y adecuación de espacios, para generar experiencias atractivas y sorprendentes o incluso para proponer sistemas interactivos de elección o personalización de producto o servicio. Asimismo, la imagen digital permite la continuidad del retail -no lo olvidemos- incluso cuando no está habilitado, y me explico. Con la superficie comercial abierta, el consumidor accede, experimenta, observa, comprueba, decide, compra… con la superficie cerrada, la imagen digital permite seguir mandando mensajes, ofreciendo experiencias, manteniendo al potencial cliente cerca del producto, del servicio, de la propuesta de valor. Esa continuidad, dinamizada y en movimiento, es una experiencia omnicanal, en sí misma, porque no olvidemos que aun fuera de horario, en la mayoría de casos, la tienda online sigue abierta.
Flexibilidad de la proyección
Pero la pregunta clave en este punto es: ok, teniendo claro el beneficio de la imagen digital, ¿por qué debería optar por proyección en mi negocio? La respuesta es clave: flexibilidad. No olvidemos que un proyector permite escalar el tamaño de la proyección, es decir, adaptarse mejor al entorno. Además, puede instalarse de manera que no interrumpa el viaje del consumidor en el retail, encenderse únicamente cuando sea necesario y, además, generar experiencias diferenciadoras, como el micromapping en escaparate. Un proyector es mucho más flexible en su uso que una pantalla, además de resultar una elección más sostenible. Supondrá un menor consumo energético y, al final de su vida útil, menos cantidad de residuo, lo que implica una decisión inteligente y con un claro compromiso por parte de la empresa. Además, los proyectores Epson ya son mayoría con fuente de luz láser, que implica que ésta dure toda la vida útil del producto, sin requerir de mantenimientos. Y, en el caso de Epson, la ventaja de contar con una amplísima gama de lentes intercambiables en los proyectores de alta luminosidad, aumenta aún más el grado de flexibilidad.
La proyección permite transformar un espacio completamente blanco en una experiencia inmersiva inolvidable. Existen múltiples maneras de hacer esa experiencia interactiva, con el uso de cámaras o sensores. Una experiencia interactiva que puede aportar datos al negocio para ultrapersonalizar el servicio ofrecido. Pero, cuando todo esto no sea necesario, el espacio queda completamente limpio, sin pantallas negras que supongan barreras, sin necesidad de desinstalar hardware o descolgar equipos. Transformar de cero, con la capacidad de volver a disponer el espacio en su origen. Eso es flexibilidad, eso es utilizar proyección para cartelería digital. ¿Y tú, qué innovación incorporas en tu negocio?
Raúl Sanahuja – PR & Communications Manager, Epson Ibérica