El índice de pérdida en la distribución comercial se sitúo en el 0,81 % —frente al 0,82 % de 2016—, sobre unas ventas de 222.000 millones de euros, lo que representa un problema cifrado en 1799 millones de euros, según datos del estudio “La pérdida en la gran distribución comercial 2018”, elaborado por AECOC en colaboración con EY, que se ha presentado en el 21º Congreso d Prevención de la Pérdida, que organiza AECOC.
Del estudio, en el que han participado empresas de alimentación y bebidas, textil, ferretería y bazar, perfumería, electrónica y otras de gran consumo, se despende que el 58 % corresponde a hurtos externos —aquellos realizados por personas ajenas a la empresa—, mientras que el 20 % se atribuye a hurtos internos, que son los que realizan empleados directos de la propia organización o personas relacionadas en la empresa. Esto significa que los hurtos comerciales acaparan el 78 % de la pérdida desconocida sufrida por las empresas el año 2017.
El otro 22 % de la pérdida desconocida total se produjo debido a errores de gestión. Los más frecuentes se derivan de los procesos de preparación y entrega de la documentación correspondiente, seguidos por los errores en la fijación de precios.
La mayoría de las empresas considera que los incidentes violentos se mantuvieron igual respecto al año anterior; aunque el estudio ha detectado un aumento del hurto realizado por bandas organizadas.
Productos más sustraídos
Las bebidas alcohólicas, los embutidos, los snacks y las conservan son los cuatro productos de alimentación más hurtados. Y dentro de la categoría de electrónica, los productos más sustraídos han sido los accesorios (93 %), los teléfonos y tabletas (50 %).
En el terreno de los textiles, la ropa de adulto encabeza el ranking (81 %), mientras que todas las empresas de ferretería han reportado robos de sus herramientas.
El maquillaje seguido de perfumería y cremas son los artículos más sustraídos dentro de la categoría de cosmética.
Estos datos apuntan a que los productos más atractivos para el hurto no son lo de primera necesidad sino los que destacan por sus características, valor o facilidad para ser revendidos en los mercados paralelos.
El informe también ha analizado las técnicas de análisis de datos y su aplicación para reducir la pérdida desconocida. El data analytics aplicado a la prevención de la pérdida puede ser utilizado por las empresas para identificar potenciales indicios de pérdida ya sea en forma de transacciones sospechosas o irregulares, vulnerabilidades, incumplimiento normativo o patrones de comportamiento anómalo.
En este sentido, el estudio indica que dos tercios de las empresas de gran consumo cuentan desde hace años con estos sistemas de análisis y otro 14 % asegura que los implementará en el medio plazo.
En la presentación del estudio participó Ana María Botella, Secretaría de Estado de Seguridad, quien anunció que ha tomado de manos de sus antecesores el proyecto de denuncias “in situ” como una prioridad. La responsable ha indicado que en el primer trimestre de 2019 podrán arrancarse los primeros pilotos con Policía Nacional y Guardia Civil, considera que es imprescindible trabajar desde la prevención.