Los pagos electrónicos se triplicarán en el mundo en los próximos años. Entre 2020 y 2025 se espera un incremento del 82 %, pasando de un billón a 1,8 billones de operaciones. Y entre 2025 y 2030 el incremento se cifrará en el 61 % hasta superar los tres billones de transacciones en todo el mundo. Estos datos se desprenden del informe “Payments 2025 & Beyond”, elaborado por PwC.
El informe indica que Asia-Pacífico será la región que liderará este crecimiento, con incrementos del 109 %, hasta 2025, y del 76 %, entre 2025 y 2030, seguida de África (78 %/64 %) y de Europa (64 %/39 %). En Estados Unidos y Canadá el incremento será más moderado (43 %/35 %).
Este crecimiento significa que el número de transacciones per cápita prácticamente triplicará el nivel actual en el conjunto del planeta. Este auge está impulsando en algunas geografías por el auge de los nuevos modelos de negocio. Por ejemplo, en China funcionan Alipay y WeChat Pay, propiedad de dos gigantes del comercio electrónico como Ant Group y Tencent. Y en otros países los gobiernos están impulsando infraestructuras de pago para controlar los flujos de dinero. Es el caso de Troy en Turquía, Mir en Rusia o Elo y Pix en Brasil.
Pandemia y tendencias
El estudio también destaca que la pandemia de la covid-19 ha adelantado entre tres y cinco años el uso de los medios de pago electrónicos en el mundo. La adopción masiva de hábitos de consumo digitales durante los confinamientos está acelerando el crecimiento de los pagos electrónicos y, al mismo tiempo, haciendo que pierda peso el uso del dinero en efectivo.
El informe señala las tendencias que se están observando y que impactarán en el futuro de los medios de pago. Una es la inclusión que busca cumplir con el objetivo fijado por el Banco Mundial en 2014 para conseguir el acceso universal al sistema financiero de todos los ciudadanos adultos del planeta. Se esperaba que se lograra en 2020 pero todavía no se ha conseguido. Esta meta implicaba el acceso a una cuenta corriente para depositar dinero y hacer y recibir pagos. El acceso a los dispositivos móviles y a medios de pago sencillos y accesibles favorecerá la consecución de este objetivo. Se espera que en 2025 los teléfonos inteligentes hayan llegado ya al 80 % de la población del planeta.
Las monedas digitales es otra de las tendencias que se esperan que se consoliden. El escepticismo de los bancos centrales sobre el potencial de las criptomonedas impulsadas desde el sector privado puede que esté empezando a cambiar a medida que actores como MasterCard, Visa y BNY Mellon están trabajando para facilitar el uso de este tipo de activos.
Las carteras digitales o e-wallets que permiten el almacenamiento de distintos medios de pago y el acceso a fuentes de financiación desde los dispositivos móviles es otra de las tendencias. Su uso creció un 7 % en el mundo en 2020, según datos de la compañía Financial Services Technology Group. Esta empresa señala que más de la mitad de todas las operaciones de ecommerce en 2024 se realizarán a través de carteras digitales.
Otras tendencias que recoge el informe son los cambios que han detrás de los pagos electrónicos, la aceleración de los pagos transfronterizos y el auge de los delitos económicos. En este último apartado, se ha observado que el impulso del comercio electrónico ha abierto la puerta a los fraudes. En 2020, el valor del fraude medio en procesos de compra aumentó casi un 70% respecto a 2019, según datos de la compañía Sift.
Javier Baixas, socio responsable de Customer en PwC, comentó que “un mundo sin efectivo está en camino. La pandemia ha potenciado, todavía más, la apuesta por los pagos electrónicos, que se van a triplicar en los próximos años, y esta aceleración va a abrir nuevas oportunidades para todo el ecosistema de los medios de pago, incluidos los bancos”.