Las tiendas del futuro revitalizarán las ciudades, impulsarán las comunidades locales y fomentarán la circularidad, pues el modelo de consumo rápido tiene los días contados en este nuevo contexto. Esta es una de la tendencias que identifica Backslash, la unidad de inteligencia cultural de TBWA, en su informe sobre el futuro del comercio minorista.
El estudio señala que la pandemia ha impulsado el ecommerce, pero todavía el 71 % de los consumidores prefiere comprar en tiendas físicas, lo que implica que el comercio tiene que avanzar para adaptarse a las nuevas necesidades.
El informe indica que el comercio tiene que afrontar cuatro grandes retos. El primero es la transparencia en la cadena de suministro, ya que los consumidores son cada vez más conscientes del cambio climático y la problemática medioambiental. El segundo es la aparición de marcas “Direct to Consumer” (D2C), de venta directa al consumidor final a través de canales online como redes sociales, que está impulsando a que los usuarios se alejen de las grandes superficies.
El tercer reto es mejora la relación marca consumidor ya que el creciente número de plataformas de compras lo complica. Y el cuarto es la transformación digital por la creciente demanda de productos a través de la venta online.
Nueva era del comercio
El informe revela que en la nueva era del comercio las tiendas físicas tienen que servir para algo más que para comprar. Algunas marcas ya ofrecen al consumidor experiencias en sus espacios. Por ejemplo, las pop-up store estacionales que marcas de lujo llevan a cabo en lugares de turismo exclusivo como Ibiza o Marbella; “anticentros” comerciales que ofrecen experiencias fuera de lo habitual en sus espacios, como X-Madrid; o espacios que son tiendas de decoración, restaurante y jardín como Salvador Bachiller.
Las tiendas también tienen que ser parte de la solución al problema medioambiental. A medida que la cultura de usar y tirar llegue a su cercano fin, los espacios físicos se transformarán en centros de sostenibilidad. Ya hay algunas marcas que están avanzando en este aspecto como Adidas que mediante máquinas expendedoras que aceptan botellas de plástico viejas ofrecen descuentos; o H&M, que ha diseñado la máquina Looop, el primer sistema de reciclaje en tienda del mundo que convierte las prendas viejas en nuevas.
La pandemia también ha acelerado la adopción de medios digitales impulsando la compra online, pero los comercios también pueden aprovecharse de la tecnología para mejora su servicio al cliente. Hay varios ejemplos de esto en nuestro país, uno de ellos es BitcoinPyme, una startup a través de la que se podrán adquirir coches con criptomonedas; o la implantación de realidad aumentada en grandes superficies como Ikea para visualizar el resultado final de los productos en determinado espacio o Sephora, que también cuenta con aplicaciones donde probarse virtualmente los productos en tiempo real.
Las marcas también deberán convertir a todos los miembros de su red en protagonistas y tener en cuenta las preferencias de compra de sus consumidores. Para lograrlo es importante seguir conectado a los consumidores a través del social commerce, ya que un 45 % de usuarios españoles reconoce que las redes sociales les han influido a la hora de adquirir un producto o servicio, siendo un canal más de compra para un 21 % de ellos.
El estudio también indica que las marcas deberán tener en cuenta a los nuevos “influencers” que son líderes de opinión y voces expertas en sus campos porque les pueden ayudar a promocionar la marca entre un público que busca saber más y mejor
El informe también indica que el nuevo lujo se basará en la sostenibilidad. Por tanto, el nuevo prémium estará definido por eco-materiales de primer nivel, rastreadores de autenticidad, productos hand-made que unen la moda y la artesanía y la funcionalidad unida a la durabilidad.