La Unión Europa ha adoptado un paquete de nuevas medidas para impulsar las oportunidades en el mercado único y apoyar el crecimiento de la economía. Se ha aprobado una nueva Directiva de Servicios de Pago (DSP2) y se establecerá a través de un reglamento unas nuevas tasas de intercambio aplicables a las operaciones de pago con tarjeta.
Michel Barnier, comisario de mercado interior y servicios, declaró: “En la actualidad el mercado de pagos en la UE se halla muy fragmentado y es muy oneroso. Su coste representa más del 1 % del PIB de la UE, es decir, 130.000 millones de euros al año. Son costes que nuestra economía no puede permitirse. Nuestra propuesta promoverá el desarrollo del mercado único digital haciendo que los pagos por Internet sean más baratos y seguros, tanto para los minoristas como para los consumidores”.
La nueva Directiva de Servicios de pago hará más seguro el uso de servicios de pago de bajo coste por Internet a través de la inclusión en su ámbito de aplicación de nuevos servicios denominados de iniciación al pago. Son servicios que operan entre el comerciante y el banco del comprador y permiten pagos electrónicos baratos y eficaces sin recurrir al uso de una tarjeta de crédito. Estos proveedores estarán sujetos a la regulación y además los bancos y demás proveedores tendrán que incrementar la seguridad de las transacciones en línea mediante una estricta autenticación de los clientes en los pagos.
La directiva protege mejor al usuario contra el fraude y posibles incidentes en los pagos. En los casos de operaciones de pago con tarjetas no autorizadas, las pérdidas para los consumidores serían muy limitadas (hasta un máximo de 50 euros frente a los 150 actuales). Además se incrementarán los derechos de lo consumidores en relación con el envío de transferencias y remesas fuera de Europa o el pago en divisas de fuera de la UE.
La norma también promoverá la aparición de nuevos operadores y el desarrollo de sistemas de pago por telefonía móvil e Internet en Europa, lo que fortalecerá la competitividad de la UE en todo el mundo.
En cuanto al Reglamento sobre tasas de intercambio, introducirá límites máximos para las tasas de intercambio en las transacciones con tarjetas de débito y de crédito de los consumidores y prohibirá la aplicación de recargos por el uso de estos tipos de tarjetas.
Los límites están pensados para reducir los costes de los minoristas y evitar los recargos que ya no estarán justificados.
Se ha establecido un período de transición de 22 meses en los que se aplicarán
límites máximos a las tasas de intercambio en las transacciones transfronterizas con tarjetas de débito y de créditos.
En una fase posterior estos límites se aplicarán a las operaciones nacionales, y serán 0,2 % del valor de la transacción para las tarjetas de débito y del 0,3 % para las tarjetas de crédito. Estos límites han sido aceptados por las autoridades de competencia para una serie de operaciones con tarjetas de las marcas Visa, MasterCard y Cartes Bancaires.
En las tarjetas que no estén sujetas a esta límites —principalmente las tarjetas comerciales emitidas para empresas y los sistemas “tripartitos”, tales como American Express o Diners—, los comerciantes tendrán la opción de rechazarlas o de cobrar un recargo. Así los costes impuestos por estas tarjetas caras podrán imputarse directamente a quienes se benefician de ellas y no a todos los consumidores.
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