Los AI shopping bots —agentes de compra basados en inteligencia artificial capaces de buscar, comparar y adquirir productos sin intervención humana— están llamados a transformar por completo la forma en la que compramos. Según explicaba The Australian hace algunas semanas, esta nueva generación de asistentes supone un cambio de juego para el retail: puede ser una amenaza para los modelos tradicionales, pero también una gran oportunidad para quienes sepan adaptarse.
Un cliente distinto: el consumidor automatizado
Hasta ahora, atraer a un cliente implicaba seducirlo con campañas publicitarias, escaparates y promociones. Con los bots, la dinámica es diferente: son ellos los que comparan precios, disponibilidad, condiciones de envío o valor de recompensas… y toman la decisión por el comprador. Un bot no se emociona con una historia de marca ni con una imagen aspiracional: se mueve por datos objetivos.
Esto impacta directamente en modelos como los marketplaces o los programas de fidelización, que deberán repensarse para seguir siendo relevantes. Como señala The Australian, aquí no se trata de contar una historia bonita, sino de ofrecer una propuesta de valor clara y competitiva.
Para mantener el interés de estos nuevos “clientes”, los retailers tendrán que:
- Ajustar precios y propuestas para que resulten atractivas no solo para las personas, sino también para los algoritmos que deciden por ellas.
- Optimizar sus canales propios (webs, apps) para que sean fáciles de interpretar por estos bots, asegurándose de que la información clave está bien estructurada y es accesible.
El propio artículo sugiere incluso que las marcas desarrollen sus propios agentes de compra o se integren con los más populares, garantizando así visibilidad en este nuevo ecosistema.
Fidelización y marketing: nuevos códigos
Los programas de fidelización no desaparecerán, pero deberán adaptarse. Un bot no participa en sorteos ni valora experiencias, pero sí entiende el valor de un cupón o el descuento acumulado en puntos. Habrá que diseñar sistemas que “hablen su idioma”.
En cuanto al marketing, el escaparate ya no será solo la web o la tienda física, sino también el carrito que un bot genera de forma automática. La clave estará en aparecer en esa lista de compra prioritaria.
La tienda física: ganar por experiencia
Si el bot se lleva la parte de conveniencia y precio, la tienda física debe ofrecer algo que la automatización no puede dar: experiencias memorables. The Australian recuerda que el retail presencial tendrá que convertirse en un lugar donde vivir algo distinto, ya sea entretenimiento, comunidad o interacción personalizada.
Esto abre la puerta a integrar tecnología en tienda —desde TPV conectados a sistemas de fidelización omnicanal hasta analítica en tiempo real— para unir la experiencia física y digital.
Un fenómeno global
El movimiento no es exclusivo de Australia. Walmart, por ejemplo, ya está desarrollando sus propios agentes de compra para que actúen desde su app o web. Empresas de ciberseguridad como Signifyd alertan sobre la necesidad de diferenciar entre bots legítimos y maliciosos para evitar fraudes. Y medios como Computerworld o The Business of Fashion apuntan a retos técnicos importantes, como adaptar el diseño web para que sea accesible a estos sistemas o replantear la gestión de devoluciones.